Si aún no te ha ocurrido en tu negocio, alguna vez te ocurrirá.
Te tendrás que enfrentar a un cliente tóxico.
A un cliente que nunca está contento, que te quita tiempo, que paga mal y tarde, que solo sabe quejarse o que no cumple con su parte del trato.
Cuando leí el libro de la jornada laboral de 4 horas de Tim Ferriss me di cuenta de la influencia del cliente tóxico.
Si no recuerdo mal, la anécdota que contaba Tim era que descubrió que en su empresa había un par de clientes que eran los que más energía y tiempo del día le quitaban. Y el porcentaje de los beneficios que le daban era mínimo en el conjunto global de los clientes que tenía.
Puede que le aportaran un 5% de sus ganancias pero le quitaban un 70% de su tiempo.
No sé si esas eran las cifras. Pero considero que son reales porque yo también, hace un año, tuve que enfrentarme a una situación así y no sabía cómo ocuparme de ella.
Estaba empezando. Con lo cual entiendo que para quien comienza su proyecto online, todo cliente es bueno para que su negocio crezca.
Por supuesto hay muchísimos más clientes buenos que tóxicos. Pero da por hecho que te encontrarás al segundo tipo alguna vez.
¿Qué hacer entonces?
Creo que la respuesta es obvia. Mandarlos a paseo de la manera más respetuosa posible.
Al final ahorrarás tiempo, dinero y energía.
Punto y final.
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